La llegada de Marty Friedman a Megadeth en 1990 revolucionó por completo el sonido de la banda. Su debut en Rust in Peace no solo elevó la calidad técnica del grupo, sino que introdujo un enfoque melódico y exótico que se convirtió en sello distintivo de esa era.
Su solo en “Tornado of Souls” es considerado uno de los más emblemáticos en la historia del metal, combinando velocidad, emoción y una sensibilidad musical única. Friedman no solo potenció la complejidad compositiva de Megadeth, sino que ayudó a consolidar su estatus como una de las bandas más importantes del thrash metal. Su influencia se sigue sintiendo décadas después.
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